Discurso 60 años de la Asociación Nacional De Mujeres Periodistas
Hola, muy buenos días. Agradezco a todas las instancias que han hecho posible el evento que hoy nos convoca. Televisión Nacional, para comenzar y el estudio de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de los Andes, con el académico Ricardo Leiva a la cabeza y con Alejandra Riveros…
La encuesta que nos convoca fue aplicada a más de 350 periodistas, quienes se desempeñan en distintos ámbitos de las comunicaciones, y en medios masivos. El estudio expone las percepciones de las diversas mujeres frente a la participación laboral, las brechas que existen y las dificultades que deben enfrentar en su cotidianidad. Por otro lado, y, de manera importante, también se expresan los sentires frente a las diferencias entre hombres y mujeres en el ejercicio periodístico, además de sus opiniones frente a la promoción de derechos en favor de las mujeres, quiénes ocupan los cargos directivos en espacios mediáticos y los estereotipos de género que se siguen difundiendo a través de los medios de comunicación.
Para mí, ello representa un cambio radical entre cómo nos manejábamos las mujeres hace medio siglo y cómo se manejan las periodistas más jovenes hoy. Más bien, a qué tienen derecho sin sentirse culpables de nada y por supuesto, sin perder la pega.
En los 70 tuve una revista destinada a la mujer y nuestro equipo trabajó en un mundo de hombres. Pero lo que vivimos fue con el temor de que algo de lo que publicáramos pudiera ser censurado. Así fue con la entrevista exclusiva a Mary Menchaca de Bonilla, la mujer del general Oscar Bonilla, ministro del Interior del gobierno, cuyo helicóptero fue lanzado a tierra, incendiado y él, muerto. Hablar con ese capitán, el jefe de la censura de entoces, no se lo deseo a nadie. Así y todo nos trajimos a Raquel Correa cuando la Dina la echó de TVN, y lo conté el otro día cuando dimos el premio con su nombre a Claudia Álamo. Pusimos a Raquel a hacer entrevistas alejadas de la actualidad.
Nos fuimos a Cosas y navegamos, aunque asustadas entre la frivolidad, la política y la actualidad general. Nos llamaron varias veces al Diego Portales pero nos salvaba la Carolina de Mónaco en la portada.
Fue años después, el 87, cuando intenté incursionar en Caras, que me cerraron la puerta justamente en la cara. Vagué dos años entre las oficinas de la Dina y la Moneda, la revista se hacía igual en el subterráneo de mi casa, hasta que nos dieron el permiso.
Hoy, cuando a una periodista la amonestan injustamente, o le cierran las puertas o recibe malos tratos de parte de sus compañeros, pareciera que como no se trata de una situación política, no importa, que hay que aguantar, que se necesita la pega. Por supuesto que no debiera ser así. La Asociación Nacional de Mujeres Periodistas está llamada a acoger esas denuncias y debiera abrir la compuerta correspondiente. El estudio que hoy nos presentan dos universidades nos indica que el tema está ahí, sobre la mesa y que se está trabajando al respecto. Que las mujeres nos podemos sentir menos solas. Que los premios Lenka Franulic y Raquel Correa son dos galardones que suceden nada menos que al Premio Nacional de Periodismo. Que buscamos situaciones que le son interesantes a las mujeres y se las ofrecemos. Que si el Congreso Mundial de Periodistas y Escritoras se realiza en Roma, como ocurrió recientemente, la delegación chilena y sus ponencias son las más interesantes. Tanto que el próximo Congreso Mundial se realizará en Chile, en 2024, como también lo organizamos en Chile en 2015.
La Asociación Nacional de Mujeres Periodistas data de 1960 y sus presidentas han dejado su marca en cada uno de los grandes temas que les tocó enfrentar: convencer a las mujeres periodistas que era bueno juntarse y tener un referente, ayudarlas con talleres gratuitos o con exámenes médicos gratuitos. Estar presente en los grandes temas a través de los medios o de su propia Newsletter. Reconocer el valor del reciente Manual de Género y dfundirlo.
Es un honor para mí estar presente hoy, cuando esta Asociación cumple 60 años.
